JACÍ GUARACÍ JACÍ GUARACÍ JACÍ Hace millones de años cuando la creación del mundo Jací (la luna) y Guarací (el Sol) se amaban. Solamente se veían en la mañana y al atardecer pero muy poco tiempo.
Por eso eran muy infelices. Guarací esperaba a Jací todo el día y cuando ella aparecía el tenía que acostarse. Jací esperaba toda la noche y cuando Guarací se levantaba, ella tenía que marchar. Su vida era
insoportable. Un día le dijo Guarací el Sol a Yací la Luna, que se casarán para así estar siempre juntos, Jací muy feliz aceptaría. El Sol entonces se dio cuenta que su petición era imprudente, puesto que su unión iba a traer consecuencias fatales para la Tierra. No más días ni más noches. Con el Sol siempre en el Cielo la tierra y va a morir de sed y calor. Jací pensó que sería de los pueblos que habitaban el gran bosque. Dándose ambos cuenta de
que su matrimonio era imposible, se despidieron y Jací la luna llorando se escondió de los grandes árboles. Guarací el Sol no volvería a ver a su amada la Luna. Pero Jaci invadida por la tristeza lloro y lloro,
insoportable. Un día le dijo Guarací el Sol a Yací la Luna, que se casarán para así estar siempre juntos, Jací muy feliz aceptaría. El Sol entonces se dio cuenta que su petición era imprudente, puesto que su unión iba a traer consecuencias fatales para la Tierra. No más días ni más noches. Con el Sol siempre en el Cielo la tierra y va a morir de sed y calor. Jací pensó que sería de los pueblos que habitaban el gran bosque. Dándose ambos cuenta de
que su matrimonio era imposible, se despidieron y Jací la luna llorando se escondió de los grandes árboles. Guarací el Sol no volvería a ver a su amada la Luna. Pero Jaci invadida por la tristeza lloro y lloro,
y durante tanto tiempo que sus lágrimas inundaron la Gran Selva y corrieron surcando sus valles hacia al mar. Y así cuenta la leyenda de como nacería el Gran Río, el Río Amazonas, de las lágrimas de Jací la luna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario