MARI MARI MARI MARI MARI MARI
Mari es el numen principal de la mitología vasca. Es nuestra diosa pagana, deidad central del imaginario vasco pre-cristiano, ligado a LUR (Tierra). Personificación de la Madre Tierra. Es la manifestación de las fuerzas de la naturaleza divinizadas. Ella domina tanto a las fuerzas terrestres
como a los genios subterráneos. Es una divinidad de carácter femenino que habita en las montañas vascas, recibiendo diversos nombres asociados a las montañas: Anbotoko dama, Aketegiko damea, Mari Munduko, Txindokiko Marie,... Su morada más importante es la cueva de la cara este del Amboto, a la que se conoce como
Cueva de Mari ( «Mariurrika Kobea»), por lo que es conocida con el nombre de Dama de Amboto. Hay que salir de la cueva de la misma forma que se entró. No hay que sentarse nunca, incluso recibiendo la invitación de hacerlo, mientras se habla con ella. Cuando está en su morada de Amboto, la cumbre está entre nubes. En varias
leyendas se menciona que Mari vive en el monte Anboto siete años y se traslada al monte Txindoki para vivir otros siete, alternando así su residencia. Esta personificación femenina de la tierra, se asemeja a los mitos ctónicos (de la tierra) que adoraban los antiguos pueblos matriarcales, antes de llegar los dioses celestes. Se presenta generalmente con cuerpo y rostro de mujer, elegantemente
vestida, pudiendo aparecer también en forma híbrida mujer con patas de cabra y garras de ave rapaz, o como una mujer de fuego, un arco iris inflamado,.... Su consorte es Sugaar, sus asistentes las sorginas, y tiene dos hijos: Mikelats, el hijo perverso y Atarrabi, el hijo bondadoso. Entre
sus misiones estácastigar la mentira, el robo y el orgullo. De ella vienen los bienes de la tierra y el agua de los manantiales. Imparte justicia por medio de la regla del no: si mientes, negando que posees algo que es tuyo, Mari te lo quita. Así, ya no lo tienes, y se produce justicia. Presagia las tormentas y determina el clima. Es muy anterior a la llegada del cristianismo, y para los antiguos vascones debió tener el status de diosa.
Mari es la diosa de la justicia, defensora de la honradez. Desprecia y castiga la mentira, el robo, el no cumplir con la palabra dada, no respetar a las personas y la arrogancia, sin embargo premia al que ayuda a los demás. Premia y socorre a sus adeptos pero castiga a los que no creen en ella. Personifica las fuerzas de la naturaleza, y con su poder,
es una divinidad ctónica y como tal, vive bajo tierra, y sale a la superficie por cuevas y simas. Protectora del mundo vegetal y animal. Dueña de las aguas y de la fertilidad. Es señora del Destino y de la Muerte. Como guardiana del inframundo es una divinidad lunar y nocturna. Mari constituye un todo con la naturaleza, muy anterior a las grandes religiones patriarcales, abarcando los tres reinos (mineral, vegetal y animal) y los cuatro elementos fundamentales: tierra, aire, agua y fuego. Esta Divinidad es el símbolo de la Vida, la naturaleza y sus fuerzas telúricas.
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