CACICA TOTO GRAN CACICA DE FINENZU
En la cultura Zenú, las mujeres fueron símbolo de fertilidad y sabiduría. Las mujeres gozaban de una gran importancia social y política. Eran representadas en cerámicas y se colocaban en las tumbas de los muertos como un símbolo de la fertilidad humana y agrícola. La presencia de estas estatuillas en las tumbas simbolizaban la concepción y el Renacimiento en el inframundo, de la misma manera que las semillas germinan y crecen. El territorio de los zenúes se dividía en tres señoríos: Finzenú, Panzenú y Zenufana, que dominaban las hoyas de los ríos Sinú,
San Jorge, del bajo Cauca y del Nechí. Los zenúes establecieron un Gobierno Centralizado, gobernado por tres Caciques. Los caciques de los tres territorios eran hermanos. Yapel mandaba en Panzenú, en el Cauca y el Nechí Zenufana y en el centro religioso de Finzenú Totó. Los dos
hermanos le debían tributo a la Gran Cacica de Finzenú que era su hermana mayor. El poder de la Gran Totó era tan sagrado que no podía posar sus pies sobre la tierra; al bajarse de la hamaca los apoyaba en la espalda de una joven y otras le hacían camino para que sus pies desnudos no tocaran el
piso. Todos los habitantes zenúes hacían peregrinación a su templo. Finzenú era el centro administrativo, proveedor del oro y lugar de residencia de la Gran Cacica de toda la región Zenú. Este sistema centralizado, causó la concentración de los Zenúes en grandes ciudades, y no en pequeños poblados. Ciudades como Yapel, Mexión, Faraquiel y la capital de Finzenú.
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