LYDIA ANNE KOCH LYDIA LUNCH ( Nueva York; 2 de junio de 1959 )
"Si la gente pudiera entender la cantidad de placer que podría tener por sí mismos, creo que todo el mundo sería mucho más sano. Creo que la gente realmente necesita una dosis de tiempo de calidad con uno mismo"
" Piense en sus propios pensamientos "
" La política siempre está involucrada, incluso en mis canciones de amor "
" Soy como una máquina de protesta de una sola mujer "
"Yo soy una buscadora de placer total. Persigo nada que me satisfaga. Normalmente me entiendo. Tengo necesidades específicas y sé lo que son para que pueda alcanzar la satisfacción"
« La poesía no viene del placer sino del dolor »
« La poesía no viene del placer sino del dolor »
Es una cantante, monologuista, artista, actriz, poetisa, fotógrafa, guionista de cine y escritora estadounidense. Desde sus inicios en los 70, Lydia no ha parado de hacer música. La artista ha formado parte de múltiples proyectos, ha pertenecido a bandas como Teenage Jesus and The Jerks, 8 Eyed Spy, Beirut Slump, entre otras. Su papel en la escena destaca por su contribución almovimiento No Wave, el cual rescataba buena parte del punk rock y se oponía a las técnicas comerciales del New Wave. Aunque el movimiento duró poco, fue muy sonado y dio paso a que muchas bandas fueran reconocidas. La discografía de Lydia está compuesta por casi 30 discos y contando, además de 10 libros publicados, en los cuales Lunch trata temas sociales como la explotación y la marginación, el patriarcado y las instituciones opresoras. Con respecto al gobierno siempre ha sido opuesta respecto a cómo los líderes manejan el país de una forma injusta y corrupta, siempre remarcándolo en sus canciones y poemas. Lydia Lunch cumplió 60 este año, pero la edad hizo poco por debilitar el deseo de vivir de este ícono contracultural. El estilo de Lunch es crudo e incendiario; una furia feminista de sexo, muerte y ruptura de tabúes. Y
en 2019, la sexagenaria sigue sin remordimientos y tan activa como siempre. Sigue escribiendo, girando, colaborando y actuando. No le teme a los cambios ni a lo que las personas opinen de su trabajo, siempre ha sido una artista independiente que hace de los escenarios lo que ella quiere. Lunch se crió en uno de los terrenos del programa estadounidense Superfund: tierras contaminadas por desechos peligrosos para la vida. Hasta el momento, afirma Lunch, hay 39 mil terrenos peligrosos esparcidos por Estados Unidos. Ella viene hablando sobre justicia ambiental desde que tenía 20. La Ley de Responsabilidad, Compensación y Recuperación Ambiental,
más conocida como Superfund, fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1980 con el fin de identificar, investigar, y restaurar lugares que contienen desperdicios peligrosos que provienen o fueron dejados por fábricas, industrias químicas, vertederos, etc. La animan los activistas actuales del clima, pero también está incrédula por la inactividad política actual. Hace años, Lunch se describía como una adicta a la adrenalina, obsesionada por “el magnetismo negro de la muerte”. Sobrevivió al abuso sexual infantil y a la violencia familiar; salió con varios amantes inestables, desde un psicópata sospechoso hasta un exalcohólico. Lydia Lunch ya cumplió 60 , pero la edad hizo poco por debilitar el deseo de vivir de este ícono contracultural. Su estilo es crudo e incendiario; una furia feminista de sexo, muerte y ruptura de tabúes. Y en 2019, la sexagenaria sigue sin remordimientos y tan activa como siempre. Sigue escribiendo, girando, colaborando y actuando.
Sus propuestas teóricas sobre el rol que ha de jugar la mujer en el arte contemporáneo pusieron los cimientos para el feminismo más avanzado y revolucionario de finales del siglo XX.
"No creí que iba a vivir tanto; la verdad que no era mi objetivo; pero tampoco voy a resistirme a la vida. Me estoy divirtiendo demasiado"
"Soy demasiado terca para morirme; todavía hay mucho que hacer.Reírme después de llorar"
"Creo que mi rebelión, siempre fue y siempre va a ser el placer"
"La vida es hablar, compartir una conversación con otros; reír; levantar los dos dedos del medio al aire y decir Sigo acá, hijo de puta”.
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