MARIA CENOBIA IZQUIERDO GUTIERREZ (Jalisco, 30-10-1902 - Ciudad de México, 2-12-1955)
Luchaba por el reconocimiento del talento de la mujer por sí sola. Creó obras que abordaron cuestiones de género y defendía que sus obras no deberían ser juzgadas por su género sino por lo que eran: arte.
“El primer obstáculo que tiene que vencer la mujer pintora es la vieja creencia que la mujer solo sirve para el hogar […] Como si el color, la línea, los volúmenes, los paisajes tuvieran un sexo”"Cuando logra convencer a la sociedad que ella también puede crear, se encuentra con una gran muralla de incomprensión formada por la envidia o complejo de superioridad de sus colegas; después vienen los eternos improvisados críticos de arte que al juzgar la obra de una pintora casi siempre exclaman: ¡para ser pintura femenina […] no está mal!""Es un delito nacer mujer. Es un delito aún mayor ser mujer y tener talento"“No se pinta con las manos; la pintura debe salir del alma, pasar por el cerebro y luego la emoción la debe derramar sobre una tela, madera o muro. Más aún, si mis manos no me sirvieran ya para pintar, colocaré los pinceles en mi boca y así pintaré. Esta es mi promesa a mí misma y a los demás y la cumpliré"
Considerada una mujer de espíritu feminista, María Izquierdo como pintora y muralista, debido a su estilo, se posicionaría rápidamente como un referente del arte femenino de su época. Fue la primera artista visual mexicana en exponer fuera de su país. Luchó contra el machismo, el facismo y por la reivindicación femenina. Nació en una familia rural de ascendencia indígena. A los 14 años le concertaron un matrimonio con un hombre que no conocía. Tuvo tres hijos, se mudó
a Ciudad de México y se divorció. Ingresó al instituto de arte Academia de San Carlos y experimentó la discriminación por ser una mujer con talento. Se inscribió en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en 1929 presentó su primera exposición individual en el Palacio de Bellas Artes de la CD México.Al año siguiente, expuso sus obras en una muestra individual en el Art Center de Nueva York. Se integró a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios antifascistas. Dirigió la exhibición itinerante “Carteles Revolucionarios Femeninos” y apoyó la causa de la expropiación petrolera con una subasta de arte. Formó parte del Comité Ejecutivo de la Sociedad Panamericana de Mujeres e hizo una conferencia radiofónica con el título: “La mujer y el arte mexicano”; denunció la existencia de un monopolio machista que discriminaba a las mujeres en la pintura nacional. María Izquierdo participaba en exposiciones con otras grandes mujeres de la época e luchó activamente contra los ataques y problemáticas que enfrentaban las mujeres artistas. Su obra tiene una gran influencia en el feminismo, pues sus pinturas mostraban a mujeres como figura protagónica, la mayoría de las veces en expresiones dolorosas o desesperadas, en contraste con la figura femenina materna y chovinista de la mayoría de las obras postrevolucionarias. María abanderó una postura feminista que se refleja en su obra, pero también en su actividad política . Su contribución al movimiento nacionalista de la época, fue retomar el folklore y las fiestas tradicionales.Tanto en su obra como en su vida personal trató siempre de establecer un equilibrio entre tradición y modernidad, sobre todo en cuanto al papel de la mujer en la sociedad y el arte. A pesar de tener muy buenas relaciones con el grupo de intelectuales y pintores de la época, no estuvo exenta de sus desaires por ser mujer. Un ejemplo de esto ocurrió en 1945 ya que luego de haber firmado un contrato para decorar el edificio del departamento del Distrito Federal, fue cancelado porque Diego Rivera y otros artistas se opusieron a que ella realizara la obra con el argumento de que carecía de experiencia y calidad artística. A pesar de las numerosas gestiones de sus amigos e incluso de cientos de firmas que se levantaron, la obra jamás se llevó a cabo. Maria Izquierdo en un arranque de frustración a lo que consideraba una clara injusticia machista dijo su frase célebre: “En México es un delito ser mujer y tener talento”.
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