sábado, 27 de abril de 2019

BARTOLINA SISA : LUCHADORA Y LIDER INDIGENA

BARTOLINA   SISA       BARTOLINA  SISA

Fue una valerosa heroína quechua que participó en el levantamiento contra el colonialismo español. Su vida y su obra al igual que su muerte, fue un ejemplo heroico de lucha por la emancipación del yugo español.  Indigena de la comunidad de Q'ara Qhatu, se dedicó al comercio de la hoja
de coca y de los tejidos nativos. 
Así es como pudo viajar por poblados, minas, comunidades y cocales. Conoció la realidad que vivían los indígenas, y observó la explotación, el sometimiento, el abuso y las ofensas que sufrían de las autoridades españolas. Hay n
acería su convicción y su
deseo de lucha contra la injusticia del sistema colonialista.
 
Fue descrita por algunos historiadores como una mujer aguerrida que dominaba la kurawa (honda) y el fusil y sabía montar bien a caballo. Era una mujer de piel morena y ojos negros, atractiva y muy inteligente. 
Tuvo cuatro hijos  tres varones y una niña. 
El primer hijo fue capturado
 
en Perú y se cree que posteriormente fue asesinado. Los otros tres llegaron a sobrevivir en la clandestinidad. J
unto a Tupac Katari, su esposo,  organizaron y lideraron distintos levantamientos contra el poder imperante, tras observar las injusticias cometidas por el sistema colonialista de explotación del siglo XVIII. Cuando estalló la insurgencia indígena aimara-quechua de 1781, ella fue proclamada
virreina por derecho propio. Bartolina asumió importantes funciones de liderazgo. E
ntre las muchas acciones realizadas, destaca el cerco a la ciudad de La Paz, en 1781, que se extendió por más de 100 días y donde se anotan una victoria a favor. Bartolina comandaba los ejércitos quechua-aymaras con gran éxito. Esa fuerza y tesón de esta
gran luchadora aymara es la que ha trascendido la historia. 
Sin embargo, en el mes de julio de 1781, Bartolina Sisa es apresada y un 5 de septiembre de 1782 es sentenciada a muerte junto a su cuñada Gregoria Apaza, otra gran heroína aymara. Bartolina es ahorcada y descuartizada, para dejar cada una de sus extremidades en los lugares donde ella comandó las tropas
indígenas. 
Su cabeza fue colgada en Jayujayu (provincia de La Paz). Así se pretendió amedrentar a los aymaras y quechuas que los seguían para terminar con los abusos de los españoles.
 Para los aymaras y los quechuas actuales, Bartolina no ha muerto, puesto que su figura simboliza las batallas que libraron y libran en contra de las causas injustas.

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