OLIVIA AREVALO OLIVIA AREVALO (Ucayali,febrero 1937-Ucayali,19-4-2018)
Fue una mujer activista y lideresa del pueblo Shipibo - Konibo, defensora de los derechos culturales y ambientales de su pueblo y conocida menaya o curandera indígena peruana. Arévalo, ostentaba el rango de sabia indígena, el más alto de una mujer médica.
u onayas, casi exclusivamente. Arévalo era una de las más respetadas onayas ahí. Según la congresista del Perú Tania Pariona, Olivia Arévalo era "un hospital, un repertorio de cantos, una institución histórica". "La última Meraya", como la llamaban en su comunidad, vivió en la comunidad intercultural Victoria Gracia. Ahí, ella trabajaba haciendo curaciones basadas en medicina alternativa-natural. Los íkaros y plantas medicinales eran sus principales herramientas de trabajo. El día 19 de abril del 2018, Olivia Arévalo fue
asesinada. Según testigos, dos hombres que iban en moto, dispararon varias veces a Arévalo hasta llevarla a la muerte. Esto sucedió cerca de su casa. Esta mujer era poseedora legendaria de la sabiduría y el conocimiento de las plantas medicinales, y defensora de los derechos culturales y ambientales de los shipibos. Arévalo trabajó de 2009 a 2011 en el Templo del Camino de la Luz, un centro que ofrece retiros con sesiones de ayahuasca en la selva norte peruana.
Era una de las más respetadas y poderosas onanya (curandera que usa plantas medicinales) y una enciclopedia andante de la medicina tradicional shipiba". La anciana también era una difusora de los íkaros o "cantos sagrados" de su pueblo, declarados Patrimonio Cultural de Perú en 2016. Gracias a los amplios conocimientos que se le atribuían, Olivia Arévalo seguirá siendo un símbolo vivo de sabiduría, conocimiento ancestral y fortaleza femenina.
Los que la conocieron nos dicen que fue una amiga querida y que extrañarán sus canciones, sus anécdotas, su voz ronca y única, y su compañerismo, recuerda la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep). Su muerte sucede después de varios asesinatos no resueltos de activistas indígenas que repetidamente habían sufrido amenazas derivadas de sus esfuerzos por mantener a los taladores ilegales y cultivadores de aceite de palma fuera de sus tierras. Estos asesinatos tienen un impacto directo en la integridad de la nación shipibo-conibo, cuya sabiduría está siendo destruida violentamente.
Existen dos categorías de chamanes o curanderos en la tradición Shipiba-Koniba: menayas (maestros curanderos) y onayas (curanderos de menor rango). Después de muchos años de trabajo y acumulación de conocimiento, Olivia Arévalo fue considerada una menaya o meraya; es decir, una mujer con el más alto rango y maestría dentro
de su comunidad, capaz de ingresar a los mundos de la cosmovisión Shipibo-Konibo, realizar curaciones complejas como la cura de adicciones o de graves enfermedades. Olivia trabajó desde el 2009 hasta el 2011 en el Templo del camino de la Luz. Este lugar, con el trabajo de Olivia Arévalo y otras mujeres curanderas, resurgió con su propósito y se transformó en un templo con sanadoras u onayas, casi exclusivamente. Arévalo era una de las más respetadas onayas ahí. Según la congresista del Perú Tania Pariona, Olivia Arévalo era "un hospital, un repertorio de cantos, una institución histórica". "La última Meraya", como la llamaban en su comunidad, vivió en la comunidad intercultural Victoria Gracia. Ahí, ella trabajaba haciendo curaciones basadas en medicina alternativa-natural. Los íkaros y plantas medicinales eran sus principales herramientas de trabajo. El día 19 de abril del 2018, Olivia Arévalo fue
asesinada. Según testigos, dos hombres que iban en moto, dispararon varias veces a Arévalo hasta llevarla a la muerte. Esto sucedió cerca de su casa. Esta mujer era poseedora legendaria de la sabiduría y el conocimiento de las plantas medicinales, y defensora de los derechos culturales y ambientales de los shipibos. Arévalo trabajó de 2009 a 2011 en el Templo del Camino de la Luz, un centro que ofrece retiros con sesiones de ayahuasca en la selva norte peruana.
Era una de las más respetadas y poderosas onanya (curandera que usa plantas medicinales) y una enciclopedia andante de la medicina tradicional shipiba". La anciana también era una difusora de los íkaros o "cantos sagrados" de su pueblo, declarados Patrimonio Cultural de Perú en 2016. Gracias a los amplios conocimientos que se le atribuían, Olivia Arévalo seguirá siendo un símbolo vivo de sabiduría, conocimiento ancestral y fortaleza femenina.
Los que la conocieron nos dicen que fue una amiga querida y que extrañarán sus canciones, sus anécdotas, su voz ronca y única, y su compañerismo, recuerda la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep). Su muerte sucede después de varios asesinatos no resueltos de activistas indígenas que repetidamente habían sufrido amenazas derivadas de sus esfuerzos por mantener a los taladores ilegales y cultivadores de aceite de palma fuera de sus tierras. Estos asesinatos tienen un impacto directo en la integridad de la nación shipibo-conibo, cuya sabiduría está siendo destruida violentamente.
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