LIDIA ESTELA MERCEDES MIY URANGA (28 de junio de 1930, Buenos Aires)
“ Siempre digo y no me voy a cansar de repetir que a mí me parió Alejandro. Mi hijo parió a Taty Almeida “ Es una docente Y activista argentina por los derechos humanos e integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Su hijo cursaba Medicina en la Universidad de Buenos Aires y trabajaba en la agencia de
noticias TELAM. El 17 de junio de 1975, Alejandro Almeida de 20 años fue secuestrado y desde entonces permanece desaparecido. Taty entonces recurrió a su entorno militar, considerando que los verdaderos y únicos responsables del secuestro de su hijo eran del gobierno peronista. La realidad le demostró de manera dramática que ninguno de los militares que
su familia conocía haría nada por ayudarla. Desde ese momento se alejó definitivamente de sus amistades y así comenzó a escribir otra historia, nacía así una nueva mujer. Taty desconocía el compromiso político de su hijo hasta que, buscando entre sus papeles, descubrió una agenda que le revela su militancia activa en el Ejercito Revolucionario
del Pueblo (ERP). En ésta agenda, encontró las poesías que había escrito. Veinte años le alcanzaron a su hijo para escribir sobre el amor, la muerte, la amistad, el compromiso militante, la represión, los masacrados en Trelew y hasta el samba de las favelas de Río de Janeiro. Uno de los poemas estaba destinado a ella en caso de que algo
noticias TELAM. El 17 de junio de 1975, Alejandro Almeida de 20 años fue secuestrado y desde entonces permanece desaparecido. Taty entonces recurrió a su entorno militar, considerando que los verdaderos y únicos responsables del secuestro de su hijo eran del gobierno peronista. La realidad le demostró de manera dramática que ninguno de los militares que
su familia conocía haría nada por ayudarla. Desde ese momento se alejó definitivamente de sus amistades y así comenzó a escribir otra historia, nacía así una nueva mujer. Taty desconocía el compromiso político de su hijo hasta que, buscando entre sus papeles, descubrió una agenda que le revela su militancia activa en el Ejercito Revolucionario
del Pueblo (ERP). En ésta agenda, encontró las poesías que había escrito. Veinte años le alcanzaron a su hijo para escribir sobre el amor, la muerte, la amistad, el compromiso militante, la represión, los masacrados en Trelew y hasta el samba de las favelas de Río de Janeiro. Uno de los poemas estaba destinado a ella en caso de que algo
le sucediera. Para Taty, descubrir todo esto fue un motivo de orgullo. Tanto fue así que sus escritos se convirtieron en libro en el año 2008. Taty sentía la imperiosa necesidad de compartir las palabras de Alejandro con las generaciones que lo sucedieron. El libro lleva por nombre “Alejandro, por siempre…amor”y contiene los veinticuatro poemas encontrados en la agenda de su hijo, además de
recuerdos, testimonios de familiares, amigos y comentarios de lectores. Taty afirma que su hijo forma parte de los 2000 detenidos desaparecidos antes del inicio del gobierno militar, víctima de la Triple A. : Hay que recordar y remarcar que ese horror del terrorismo desde el Estado no empieza en el 76 sino en un gobierno constitucional aunque, no democrático. Dado que entre el 74 y
funcionaban en 1975. Es Obvio que era un plan perfectamente organizado. Hay una anécdota que Taty suele contar que refleja hasta que punto profundo la desaparición de su hijo cambió sus ideas, su identidad y su vida. Su hijo solía decirle en chiste y mientras la abrazaba que ella era “una gorilita” pero que “sin embargo la quería”. Taty cuenta que así era, que antes de la desaparición de su hijo estaba ciega a
la realidad de entonces y que eso cambió al punto de sentir que fue parida por su hijo Alejandro, según sus propias palabras. “Quisiera decirte mamá que parte de lo que fui /lo vas a encontrar en mis compañeros (…) Si la muerte me sorprende /de esta forma tan amarga, pero honesta, /si no me da tiempo a un último grito desesperado y sincero, /dejaré el aliento el último aliento, /para decir te quiero." Eso le dejo escrito poco antes de su desaparición. En 1985, Taty participó en una actividad en Ciudad Universitaria donde por primera vez se encontró con compañeros
de militancia de su hijo. Así se enteró, entre otras cosas, de que algunos de ellos lograron exiliarse porque él sabía sus nombres y dirección y sin embargo, cuando fue secuestrado, no habló. Así, desde el dolor y la necesidad de lucha, nacía esta otra mujer, la que hoy siente ella que en nada se parece a la que la precedió, la Tati del pasado. A los 83 años continúa luchando y honrando la memoria de su hijo, que es su orgullo y su amor. Ha dado la vuelta al mundo llevando
el mensaje que siente heredó de su hijo y al al que no está dispuesta a renunciar. Quizás Alejandro se equivocaba y su madre de gorila no tenía nada, piensa ella. Al final, cuando Taty supo lo que pasaba no dudó en cambiar su posición y abrazar, también, como su hijo y sus treinta mil compañeros asesinados, la bandera de la justicia social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario