IBARRA ROSARIO IBARRA ROSARIO IBARRA MARIA DEL ROSARIO IBARRA DE LA GARZA
“ V i v o s s e l o s l l e v a r o n V i v o s l o s q u e r e m o s ” “No podemos matarlos ni con el pensamiento, para nosotros están vivos”
Nació en Saltillo, Coahuila (México) en 1927. Su padre fue un ingeniero agrónomo y militar en la Revolución Mexicana. Su esposo fue integrante del extinto Partido Comunista Mexicano. Su labor como activista y política
se inició cuando el 18 de abril de 1975, su hijo Jesús Piedra Ibarra, fue secuestrado por razones políticas. Ha sido cuatro veces candidata al Premio Nobel de la Paz y dos veces candidata a la presidencia de México por el extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores. A través de otras organizaciones sociales ha luchado
por las comunidades indígenas y en contra de la violencia contra la mujer. También ha sido asesora de Andrés Manuel López Obrador. En el año 2019 recibió la medalla al mérito cívico Eduardo Neri, legisladores de 1913. La activista Rosario Ibarra de Piedra ha sido reconocida en octubre de 2019 a sus 92 años por el Senado mexicano con la medalla Belisario Domínguez, por su incansable lucha a favor de los derechos humanos, por su trayectoria en favor de los presos, desaparecidos y exiliados políticos. Ibarra ha decidido no aceptar el galardón hasta que el presidente, López Obrador, le dé avances del paradero de su hijo, Jesús Piedra Ibarra, víctima de desaparición forzada durante la Guerra Sucia, cuando el Gobierno de los años 60 y 70 persiguió a los movimientos
se inició cuando el 18 de abril de 1975, su hijo Jesús Piedra Ibarra, fue secuestrado por razones políticas. Ha sido cuatro veces candidata al Premio Nobel de la Paz y dos veces candidata a la presidencia de México por el extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores. A través de otras organizaciones sociales ha luchado
por las comunidades indígenas y en contra de la violencia contra la mujer. También ha sido asesora de Andrés Manuel López Obrador. En el año 2019 recibió la medalla al mérito cívico Eduardo Neri, legisladores de 1913. La activista Rosario Ibarra de Piedra ha sido reconocida en octubre de 2019 a sus 92 años por el Senado mexicano con la medalla Belisario Domínguez, por su incansable lucha a favor de los derechos humanos, por su trayectoria en favor de los presos, desaparecidos y exiliados políticos. Ibarra ha decidido no aceptar el galardón hasta que el presidente, López Obrador, le dé avances del paradero de su hijo, Jesús Piedra Ibarra, víctima de desaparición forzada durante la Guerra Sucia, cuando el Gobierno de los años 60 y 70 persiguió a los movimientos
sociales y políticos. Un periodo plagado de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y torturas clandestinas. La pionera luchadora social no acudió a la ceremonia debido a su delicado estado de salud. Esto no impidió que su voz fuese escuchada. Su hija Claudia fue la encargada de que su voz fuese escuchada y leyó con voz firme y enérgica las palabras de su madre frente al presidente, decenas de legisladores e invitados especiales: “No quiero que mi lucha quede inconclusa,
es por eso que dejo en tus manos la custodia de tan preciado reconocimiento y te pido que me la devuelvas, junto con la verdad sobre el paradero de nuestros queridos y añorados hijos”. “La impunidad absoluta de este aparato represor y de sus creadores ha permitido que hasta nuestros días se siga cometiendo la desaparición forzada y se continúe arrojando lodo y agravio a nuestros familiares desaparecidos”. Los amigos y familiares que acudieron a la ceremonia,
pronunciaron el grito de batalla que ha acompañado a Rosario por más de cuatro décadas: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Ibarra de Piedra tocó todas las puertas y denunció en todas las palestras posibles la desaparición de su hijo por parte del Estado. En su cruzada, fundó en 1977 el Comité Pro-Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México (Comité Eureka). Con el
trascurso de los años lograron encontrar a un centenar de desaparecidos que estaban recluidos en prisiones clandestinas. Aún quedan centenares de desaparecidos sin respuesta, entre ellos su hijo. Del horror de los crímenes de Estado de los años 60 y 70 a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico, el drama de las desapariciones
en México es una sangría que no ha dejado de crecer. De acuerdo con los últimos cálculos oficiales, están pendientes por esclarecerse las desapariciones de 40.000 personas e identificar a más de 26.000 cuerpos hallados en un millar de fosas clandestinas durante los años de combate contra el crimen organizado. Actualmente Rosario Ibarra de Piedra goza de buena salud, pero ha tenido que distanciarse del activismo social por los achaques debidos a su edad.
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